25 enero 2009

Trance Sonoro

Como en un domingo cualquiera, la tarde se venia dispersarse tan calmadamente como aquella nube que recorre la ciudad. Matando el rato entre algunas lecturas; desde un rincon, una ráfaga sonora atraviesa la habitación, que llega a colapsar contra mis oídos, y me va retraendo sutilmente hasta perder el hilo de la lectura.
De pronto como en una sesión de hipnosis, me veo en medio del piso rajado de mi sala, tendido sobre el suelo empujando un pequeño juguete, a mi alrededor un grupo de gente adulta conversando; entre ellos mis padres, pero en medio de aquella conversión a lo lejos puedo escuchar una melodía que hasta hoy no ha perecido, es talvez unas de las primeras veces que asimilo uno de los sonidos que daran base a lo que seria una gran adicción.

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